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Ventajas de la Iloperidona en Pacientes Esquizofrénicos
- TITULO : Ventajas de la Iloperidona en Pacientes Esquizofrénicos
- AUTOR : Weiden P, Manning R, Mayo M y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : A Randomized Trial of Iloperidone for Prevention of Relapse in Schizophrenia: The REPRIEVE Study
- CITA : CNS Drugs 30(8): 735-747, Ago 2016
- MICRO : La iloperidona es un antipsicótico atípico empleado por vía oral que actúa como antagonista de los receptores D2 y 5HT2A. Su administración resultó eficaz y segura para prevenir las recaídas en pacientes esquizofrénicos.
Introducción y objetivos
La iloperidona es un antipsicótico atípico empleado por vía oral que actúa como antagonista de los receptores D2 y 5HT2A y tiene un nivel mayor de afinidad por estos últimos. Además, la iloperidona presenta un nivel elevado de afinidad por los receptores noradrenérgicos alfa 1 (NEa1). Una particularidad de este fármaco es que su empleo se asocia con una frecuencia baja de acatisia y síntomas extrapiramidales (SEP). En la actualidad, la droga se encuentra aprobada para el tratamiento de los pacientes adultos con esquizofrenia.
El presente estudio multicéntrico, a doble ciego y controlado con placebo, denominado Relapse Prevention, Iloperidone Evidence Evaluation(REPRIEVE) se llevó a cabo con el objetivo de demostrar que la terapia de mantenimiento con iloperidona brinda beneficios significativos en términos de prevención de recaídas.
Pacientes y métodos
Participaron enfermos ambulatorios de ambos sexos, de 18 a 65 años, con esquizofrenia de al menos un año de evolución que requerían una modificación del esquema terapéutico recibido hasta el momento. Todos tenían antecedentes de al menos una recaída aguda de la enfermedad con buena respuesta al tratamiento y fueron evaluados mediante la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS).
La primera etapa del estudio fue la de titulación cruzada. Durante ella, los participantes recibieron iloperidona en forma abierta durante una fase destinada a abandonar el tratamiento antipsicótico anterior y alcanzar la dosis terapéutica de 12 mg administrada en dos tomas diarias durante al menos 12 semanas. Luego de la fase de estabilización, los participantes iniciaron la fase de prevención de recaídas que consistió en la administración de tratamiento a doble ciego. Durante esta etapa fueron distribuidos en forma aleatorizada para continuar el mismo esquema de tratamiento con iloperidona o recibir placebo. El período de seguimiento tuvo una duración de hasta 26 semanas.
El criterio principal de valoración fue el tiempo transcurrido hasta la primera recaída. En segundo lugar se evaluó la seguridad y la tolerabilidad del tratamiento, así como la respuesta a la medicación. La aparición de recaídas fue definida mediante la aplicación de la PANSS y la escala Clinical Global Impression-Improvement (CGI-I). Otras escalas empleadas incluyeron la 18-item Brief Psychiatric Rating Scale (BPRS), la CGI-Severity (CGI-S) y la Sheehan Disability Scale (SDS). La seguridad del tratamiento fue evaluada mediante la evaluación de los eventos adversos, la realización de análisis de laboratorio y electrocardiográficos y la medición de los signos vitales y el peso corporal. Finalmente, se aplicaron las escalas Columbia Suicide Severity Rating Scale (C-SSRS), Barnes Akathisia Rating Scale (BARS), Abnormal Involuntary Movement Scale (AIMS) y Simpson Angus Scale(SAS).
Resultados
En total, 635 pacientes ingresaron en la fase de estabilización. De ellos, 303 participaron de la fase de prevención de recaídas. En este caso, 153 continuaron el tratamiento con iloperidona y 150 recibieron placebo. El 90% de los participantes recibían antipsicóticos al iniciar el estudio. La dosis diaria total de iloperidona durante la fase inicial de estabilización y la fase siguiente de prevención de las recaídas fue de 13.6 ± 4.5 mg y de 15 ± 4.9 mg, respectivamente.
La continuidad del tratamiento con iloperidona resultó más eficaz que el placebo para prevenir las recaídas. La frecuencia de recaídas luego de 26 semanas de seguimiento ante la administración de placebo o iloperidona fue 63.4% y 20.4%, respectivamente. El período medio transcurrido hasta la aparición de una recaída fue de 71 y 139 días, en ese orden. Asimismo, el índice de recaídas fue menor entre los pacientes que continuaron el tratamiento con iloperidona. El resultado en la PANSS indicó una ventaja significativa para la iloperidona, en comparación con el placebo. Lo mismo se observó ante la aplicación de las escalas BPRS y SDS, en tanto que no se hallaron diferencias significativas entre ambos grupos al evaluar el resultado en la escala CGI-S.
El 69% de los participantes presentaron algún evento adverso durante las fases iniciales del estudio. Los cuadros más frecuentes fueron los mareos, la somnolencia y la xerostomía. El 3.3% de los pacientes tratados con iloperidona presentaron un evento adverso grave cuya relación con la administración de la droga fue definida como posible en el 33% de los casos. El cuadro observado con mayor frecuencia fue la esquizofrenia. De acuerdo con lo observado en la etapa de prevención de recaídas, el 36% de los participantes presentaron algún evento adverso, aunque la relación con el tratamiento fue probable en el 23.3% de los casos. No se observaron diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la frecuencia de eventos adversos. La aparición de esquizofrenia tuvo lugar en el 1.3% de los integrantes de cada grupo.
De acuerdo con lo observado durante las fases de titulación y estabilización, el 3.7% de los participantes tratados con iloperidona refirieron acatisia como evento adverso. El 2.5% de los pacientes presentaron síntomas extrapiramidales. Luego de lograda la estabilización no se observaron cambios significativos del nivel de discinesias, en tanto que durante la fase de prevención de las recaídas un enfermo tratado con iloperidona refirió acatisia. De todos modos, la frecuencia de acatisia fue mayor en el grupo tratado con placebo. Mientras que dos pacientes tratados con iloperidona refirieron síntomas extrapiramidales, este cuadro no tuvo lugar en ninguno de los individuos que recibieron placebo.
Los análisis de laboratorio indicaron un aumento del nivel de nitrógeno ureico en sangre y de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en el 4.5% y el 2.6% de los individuos tratados con iloperidona, respectivamente. Esto no tuvo lugar en ninguno de los pacientes que recibieron placebo. No se observaron diferencias entre los grupos al evaluar la circunferencia abdominal una vez finalizado el seguimiento.
Discusión
En coincidencia con lo informado por otros autores, la administración de iloperidona resultó efectiva para la terapia de mantenimiento de los pacientes con esquizofrenia. Su administración continua se asoció con la prevención de las recaídas, en comparación con la administración de placebo. Además, la iloperidona retrasó las recaídas en forma significativa, en comparación con el placebo. El análisis de los síntomas psiquiátricos y de la gravedad de la enfermedad coincidió con los beneficios observados en términos de prevención de las recaídas. Los autores sugieren que la administración de 12 a 16 mg de iloperidona es adecuada para iniciar el tratamiento en pacientes adultos ambulatorios con esquizofrenia. En cuanto a la tolerabilidad del tratamiento, los resultados obtenidos coincidieron con lo hallado en otros estudios. En este sentido, se destaca que la continuidad del tratamiento se asoció con una disminución de la incidencia de eventos adversos y que no se observaron nuevos eventos adversos asociados con el uso de la droga a largo plazo.
Los hallazgos del estudio indican que la iloperidona no se asocia con una frecuencia elevada de eventos adversos neurológicos. Asimismo, la droga se asoció en forma moderada con la aparición de sedación y de cambios del peso corporal y otras variables metabólicas, en tanto que la prevalencia de acatisia fue muy baja. Es posible que la iloperidona sea uno de los antipsicóticos atípicos asociados con la frecuencia más baja de eventos adversos neurológicos. Este perfil podría deberse a que el antagonismo alfa 1 revierte los efectos adversos del bloqueo estriatal D2. La iloperidona también tuvo un efecto moderado al evaluar los efectos adversos no motores. Por ejemplo, la frecuencia de sedación fue inferior en comparación con lo observado al administrar otros antipsicóticos atípicos con buen perfil de efectos motores. Asimismo, la droga no modificó en forma significativa los perfiles lipídico y glucémico ni el peso corporal.
La administración de iloperidona sería de utilidad en pacientes con síntomas persistentes debido a su eficacia y a su perfil favorable de tolerabilidad. No obstante, debe tenerse en cuenta que la droga se administra en dos tomas diarias, requiere titulación con el fin de evitar la aparición de hipotensión ortostática y puede prolongar el intervalo QT. Entre las limitaciones del presente estudio los autores mencionaron la duración breve de la fase controlada con placebo y el uso de dosis flexibles de la droga.
Conclusión
La iloperidona resultó segura y efectiva al ser empleada en dosis flexibles para prevenir las recaídas durante la terapia de mantenimiento de los pacientes con esquizofrenia que habían sido estabilizados con la droga.
Especialidad: Bibliografía - Psiquiatría