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Violencia de la Pareja y Pesquisa entre las Pacientes Según las Especialidades Médicas
- AUTOR : McCloskey LA, Lichter E, Ganz ML y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Intimate Partner Violence and Patient Screening across Medical Specialties
- CITA : Academic Emergency Medicine 12(8):712-722, Ago 2005
- MICRO : Los índices de detección de violencia de pareja sobre las mujeres son mayores en las guardias de emergencias y en los programas de recuperación de las adicciones.
Introducción
En los EE.UU., algunas mujeres enfrentan situaciones de violencia de pareja (VP) y abuso sexual; para la detección de estos casos, el personal asistencial de la salud puede cumplir un papel relevante. Debido a su prevalencia y a los efectos deletéreos sobre la salud, algunas asociaciones de profesionales y organizaciones civiles promueven la pesquisa universal de estas conductas. En sus guías para el diagnóstico y tratamiento de la VP, la American Medical Association enuncia que «la violencia doméstica y sus secuelas médicas y psiquiátricas son lo suficientemente prevalentes como para justificar su pesquisa rutinaria en todas las pacientes, en los ámbitos de las guardias de emergencias, quirúrgico, de la asistencia primaria, atención pediátrica, prenatal y de salud mental».
No obstante, los profesionales de la salud que en la práctica llevan a cabo esta pesquisa son relativamente escasos. Es probable que prefieran hacerlo cuando existen otros indicadores de riesgo de VP. Por lo tanto, toda información que alerte sobre cualquier riesgo en particular podría ayudar a priorizar qué pacientes necesitan ser identificadas y derivadas.
La prevalencia de VP parece diferir de acuerdo con la especialidad médica; en general, los departamentos de ginecología y obstetricia, pediatría y asistencia primaria comunican una incidencia inferior en comparación con la guardia de emergencias (GE). Sin embargo, las generalizaciones sobre estas tendencias son difíciles; para evaluar la VP, los analistas suelen emplear distintos métodos de recolección de datos y no es frecuente que estas investigaciones se realicen simultáneamente entre los diversos departamentos.
Se estima que alrededor del 10% a 12% de los médicos interrogan en forma rutinaria sobre VP, aunque la proporción de pesquisas selectivas es mayor entre las mujeres en quienes se percibe más riesgo. La mayoría de los estudios sobre la detección de VP se basan en comunicaciones personales de los médicos, pero sólo unos pocos interrogan a las pacientes. En estos últimos estudios, los índices de pesquisa de VP son bajos. No está claro si los profesionales utilizan sus estrategias de detección en forma universal o preferencial entre las mujeres en riesgo. Tampoco si las mujeres son más proclives a exponer su situación de VP en ciertos ámbitos más que en otros, o si sólo son derivadas a los servicios de violencia doméstica luego de una identificación eventual.
Sobre la base de una muestra amplia y variada de mujeres del área metropolitana de Boston, los autores examinaron -por cada departamento- la epidemiología de la VP en los últimos 12 meses y durante toda la vida; asimismo, determinaron los marcadores de riesgo demográfico que se asocian con el patrón de violencia. Específicamente, compararon los índices de VP comunicados por la GE con los de los otros departamentos. Además, establecieron si su identificación se basó en la comunicación personal de las mujeres y si resultó en un servicio asistencial para ellas.
Métodos
Diseño del estudio y población
Los datos fueron recabados entre las pacientes que se encontraban en la sala de espera de 7 hospitales (4 hospitales de la comunidad y 3 hospitales de cuidados especializados) y de 1 clínica ginecológica de Boston.
Se evaluaron los siguientes departamentos: emergencias, ginecología y obstetricia, asistencia primaria, pediatría y recuperación de las adicciones. Los hospitales incluidos en el estudio se hallan en el área metropolitana urbana y suburbana de Boston, y aunque no fueron seleccionados al azar, tienen amplia cobertura.
Las participantes recibieron un cuestionario que incluyó preguntas sobre sus características demográficas, exposición a la violencia, respuesta del sistema asistencial y bienestar general.
Violencia de pareja
En este estudio, la VP se refiere a episodios de abuso físico, sexual, verbal o psicológico, para controlar o intentar controlar el comportamiento del otro integrante de la pareja. Se consideró que las mujeres habían sido víctimas de VP si durante los últimos 12 meses habían experimentado al menos un episodio. También se interrogó sobre experiencias pasadas. En general, los contenidos de estas preguntas estuvieron relacionados con situaciones de amenazas, violencia física y sexual.
Respuesta sanitaria a la violencia de pareja
El ensayo incluyó interrogantes sobre la comunicación entre la paciente y el personal asistencial del departamento evaluado, en lo referente a problemas íntimos de la pareja o violencia. Las preguntas fueron las siguientes: «¿le informó a algún médico o enfermero de este establecimiento los problemas que tuvo con su pareja?»; «¿la ayudó alguien de este establecimiento a contactar con algún trabajador social u otro servicio que pudiera ayudarla con los problemas que tuvo con su pareja?»; «¿la interrogó alguna vez un médico o enfermera de este establecimiento sobre episodios de abuso por parte de su pareja o de violencia doméstica?».
Si la mujer respondió que sí a alguna de estas preguntas, se consideró que en el departamento evaluado había recibido una respuesta por parte del sistema sanitario. El tiempo promedio de recolección de datos en cada departamento fue de 7.6 meses; todos fueron visitados en al menos 2 veces al año.
Análisis de los datos
Los autores priorizaron la violencia ocurrida dentro de los últimos 12 meses más que la pasada, porque se la consideró más urgente para la asistencia sanitaria. Se estimó la relación entre las variables demográficas, la prevalencia de violencia de pareja durante el último año y la respuesta del sistema de salud a la violencia.
Resultados
Sobre un total de 4 857 mujeres, los autores interrogaron al 87.4%. No se abordó a aquellas pacientes que parecieron demasiado enfermas o angustiadas, ni a las que fueron requeridas de inmediato para la consulta. Los autores destacan que, en tal sentido, las pacientes menos interrogadas fueron las que se encontraron en la sala de espera de la guardia de emergencias.
La muestra de pacientes reflejó las características demográficas del área metropolitana de Boston. La edad promedio de las participantes fue 35 años; la mayoría tenía estudios secundarios. Sólo el 58% pertenecía a la raza blanca. El 14% comunicó que durante el último año no había estado en pareja; entre aquellas que tenían pareja, el 43% estaban casadas, el 25% convivía con su pareja y el 32% tenía una pareja con la que no convivía. Alrededor del 25% no había nacido en los EE.UU.
En total, el 14% de las mujeres reveló hechos de violencia en los últimos 12 meses. Estos índices fueron mucho mayores entre las mujeres interrogadas en el departamento de recuperación de adicciones, por lo cual se las excluyó del promedio general. Asimismo, alrededor del 37% de las mujeres comunicó haber experimentado algún hecho de violencia.
Las mujeres en programas para recuperación de adicciones comunicaron los índices más elevados de VP. El siguiente ámbito en orden de frecuencia fue el de la guardia médica. Los departamentos de asistencia primaria y de pediatría comunicaron los índices de VP más bajos.
Las mujeres que durante el último año experimentaron los mayores índices de violencia fueron las de menores ingresos económicos y las desempleadas. La educación y la raza fueron independientes de la VP, aunque las mujeres entre 18 y 23 años presentaron mayores tendencias de riesgo. La convivencia extramatrimonial estuvo asociada con un riesgo doble de haber experimentado VP durante el último año.
Entre las mujeres recientemente abusadas, el 21.5% comunicó que había informado sus problemas de pareja en el ámbito de la asistencia sanitaria. Los distintos departamentos no presentaron diferencias en cuanto a la discusión de la VP con las pacientes, su asistencia para que contactaran un servicio social, ni el interrogatorio sobre eventuales problemas de pareja.
Discusión
Los hallazgos demostraron que la VP está generalizada entre las distintas especialidades médicas, pero en los departamentos de recuperación de las adicciones y en la guardia de emergencias, las mujeres comunican una mayor exposición. En general, alrededor de
1 mujer de cada 7 comunicó haber experimentado VP durante el último año, y más de 1 de cada 3 refirió encontrarse en una relación abusiva. Las mujeres abusadas se mostraron dispuestas a exponer su problemática, sin diferencias entre los distintos servicios.
Conclusiones
Los autores demostraron que los índices de VP son mayores en las poblaciones más vulnerables: jóvenes, desempleadas, con bajos ingresos y con adicciones. La prevalencia de VP también es elevada en las guardias de emergencias. Actualmente se intenta aumentar los índices de detección en este último ámbito, dado que a pesar de las características especiales de la consulta, demostró ser propicio para la identificación de pacientes de riesgo. No obstante, los esfuerzos para la detección de estas mujeres deberían ser extensivos a todos los ámbitos médicos. Por último, algunos trabajos previos demostraron que uno de los indicios más significativos de la comunicación entre pacientes y personal asistencial sobre la problemática de la violencia de pareja es el interrogatorio directo por parte del profesional.
Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica