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Vitamina E en Dermatitis Atópica
- TITULO : Vitamina E en Dermatitis Atópica
- AUTOR : Tsoureli-Nikita E, Hercogova J, Menchini G y colaboradores
- TITULO ORIGINAL : Evaluation of Dietary Intake of Vitamin E in the Treatment of Atopic Dermatitis: A Study of the Clinical Course and Evaluation of the Immunoglobulin E Serum Levels
- CITA : International Journal of Dermatology 41(3):146-150, Mar 2002
- MICRO : El papel de la vitamina E en la respuesta atópica mediada por IgE en seres humanos podría ser importante, y su administración se asoció con menor concentración de esta inmunoglobulina y mejoría en los síntomas clínicos de la dermatitis atópica. El tratamiento es seguro y podría mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Introducción
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel que cursa con prurito y es más frecuente en individuos con antecedentes personales o familiares de atopía (como asma o rinitis alérgica). Todavía no se conoce con precisión la etiología y fisiopatogenia de este trastorno, pero se cree que se relaciona con alteraciones en la regulación inmune, como mayores niveles de inmunoglobulina (Ig) E y presencia de anticuerpos antinucleares de IgG. El diagnóstico de dermatitis atópica se basa en signos clínicos mayores y menores, puesto que no hay pruebas específicas de laboratorio. En pacientes afectados se observa picazón intensa, y el cuadro cursa con recidivas crónicas; suele haber resistencia a tratamientos convencionales, con complicaciones frecuentes y problemas clínicos y sociales. Algunas terapias que se usan para tratar este cuadro son antibacterianos, antihistamínicos, corticoides y ciclosporina A. La vitamina E es un compuesto con propiedades antioxidantes importantes que tendría efectos de protección contra varios trastornos frecuentes, como la enfermedad cardíaca, las cataratas, el cáncer y el accidente cerebrovascular. Recientemente se halló que esta vitamina sería útil además para tratar la alergia nasal en un modelo murino, y en individuos con atopía su uso se asoció con menores niveles séricos de IgE. El objetivo del presente estudio fue probar el tratamiento con vitamina E en pacientes con atopía.
Métodos
Se incluyeron 96 individuos (el doble de varones que de mujeres) de 10 a 60 años con dermatitis atópica (diagnosticada según los criterios de Hanifin y Rajka), muchos con picazón incontrolable (valorada según el índice SCORAD) y lesiones eccematosas, que habían recibido terapias tópicas y antihistamínicos u otros fármacos para la alergia. Se tomaron fotografías de los pacientes para registrar las lesiones, que eran moderadas o graves en 30% a 70% de la superficie del cuerpo al inicio del estudio. Se suspendieron todos los tratamientos que recibían los individuos (sólo se permitió el uso de cremas o ungüentos con vaselina o petrolato), y 50 fueron tratados con 400 UI de vitamina E vía oral una vez por día durante 8 meses, mientras que los restantes recibieron placebo. Se realizaron pruebas de laboratorio con medición de los niveles de IgE, anticuerpos antinucleares y varios parámetros bioquímicos cada 15 días, además de seguimiento clínico y evaluación de la adhesión terapéutica con la misma regularidad. Se realizaron pruebas para descartar alergias alimentarias, pruebas oftalmológicas y análisis de colonización bacteriana en muestras cutáneas, amígdalas y narinas. No se identificaron complicaciones o recidivas en los primeros 6 meses de tratamiento. Para el análisis estadístico se usó la prueba de t de Student y la de chi al cuadrado.
Resultados
Sólo en cuatro individuos tratados con vitamina E se constató empeoramiento de los síntomas durante el tratamiento, en comparación con 36 de los que recibieron placebo. En seis y cinco pacientes incluidos en estos grupos, respectivamente, no hubo cambios en la sintomatología en comparación con el estado inicial. Se observó mejoría leve en diez y cuatro individuos en estos grupos, en ese orden, y hubo mejoría considerable (buen control del prurito y presencia mínima de liquenificación en los miembros) en 23 y 1 de ellos, respectivamente. En siete de los pacientes tratados con vitamina E se constató casi remisión completa de la dermatitis (desaparición completa de las lesiones cutáneas generalizadas y del prurito), en comparación con ninguno de los que recibieron placebo. La progresión de la dermatitis atópica fue menor en las mujeres en comparación con los varones en ambos grupos, y el porcentaje de casos con remisión casi completa fue mayor en ellas que en los hombres (5 y 2 casos, respectivamente). No se detectaron diferencias significativas en la determinación de eosinófilos o los puntajes de anticuerpos antinucleares o la prueba de radioalergoabsorbencia (excepto por valores mayores de esta última para alérgenos inhalatorios y alimentarios en el grupo expuesto a placebo) entre los grupos. Ciertos factores de exacerbación, como el estrés emocional, la sudoración o el prurito incontrolable, indujeron el empeoramiento del cuadro, con exacerbación de las lesiones eccematosas, especialmente en el grupo que recibió placebo. En los tratados con vitamina E se observó reducción considerable de los niveles de IgE, con valores de 1005 a 490 UI/ml, en comparación con 1239 a 812 UI/ml en los expuestos a placebo. En los pacientes con mejoría considerable y remisión casi completa tratados con la vitamina hubo hasta 62% menor concentración de IgE, mientras que esta diferencia fue de 34.4% en el grupo placebo. No se identificaron efectos adversos en ningún caso.
Discusión y conclusión
La vitamina E es un compuesto liposoluble esencial cuya deficiencia se asoció inicialmente con trastornos de la fertilidad. La vitamina E representa ocho sustancias diferentes, de las cuales el tocoferol alfa es aquella con mayor actividad biológica. A pesar de que su concentración en las membranas celulares es baja, la vitamina E se considera el principal antioxidante que rompe cadenas en los tejidos celulares, y sería la principal línea de defensa contra la peroxidación de lípidos (protege a las membranas celulares del efecto de los radicales libres el oxígeno). La deficiencia de vitamina E provoca debilidad muscular, menor percepción de las vibraciones y deterioro de la función inmune. La principal fuente de vitamina E en los seres humanos es el aceite vegetal, y este compuesto es absorbido en el intestino por difusión pasiva, en micelas formadas por sales biliares y secreciones pancreáticas. La ingesta diaria recomendada es de 6 a 10 mg, y si bien las formas sintéticas de la vitamina son idénticas a las naturales en cuanto a estructura molecular, la potencia biológica de estas últimas es mayor, probablemente por la retención preferencial de la natural en la sangre y los tejidos.
Se cree que los dos mecanismos por los cuales la vitamina E se asocia con mejor respuesta inmune son sus propiedades como antioxidante, que protege a las membranas celulares de los macrófagos del daño oxidativo, y su capacidad para reducir la producción de prostaglandinas. La vitamina E se asoció con mejor inmunidad humoral y celular, y mayor resistencia a las enfermedades infecciosas en estudios en animales y seres humanos. En el presente estudio se observó relación inversa significativa entre los niveles séricos de IgE y el consumo de vitamina E, con reducción del primer parámetro en 12% cada 4 meses de tratamiento y un total de 62% menor concentración de la inmunoglobulina al finalizar el estudio, en comparación con los valores iniciales. La superproducción de IgE se considera un factor importante en la fisiopatogenia de la dermatitis atópica, si bien se desconoce con precisión el mecanismo fisiopatogénico involucrado. Existen indicios de que la mayor producción de esta IgE se relaciona con la mayor fosforilación de la quinasa Janus tipo 3 en linfocitos B. En estudios en animales se detectó que la vitamina E evita la producción de IgE inducida por oxidación, la IgE total, la hiperrespuesta nasal y los estornudos. Se cree que esta inmunoglobulina sería un factor de pronóstico del tratamiento de la dermatitis atópica, con menores niveles, por ejemplo, en pacientes con mejoría clínica luego del tratamiento con interferón gamma por esta enfermedad. La IgE se correlacionaría además con la gravedad de la enfermedad. Los autores concluyen que el papel de la vitamina E en la respuesta atópica mediada por IgE en seres humanos podría ser importante, y su administración se asoció con menor concentración de esta inmunoglobulina y alivio de síntomas clínicos. El tratamiento es seguro y podría mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Especialidad: Bibliografía - Clínica Médica - Dermatología